En ocasiones nos ocurre que somos testigos de una situación donde otra persona o grupo está haciendo el ridículo por algún motivo y aún no siendo responsables por ello sentimos el dolor como si fuera propio, decimos que tenemos "verguenza ajena". Los hechos de público conocimiento (mundial diría) que culminaron con el rescate de los 33 mineros en Chile me lleva al sentimiento completamente opuesto, debería llamarlo "orgullo ajeno". Si algo similar, y Dios no quiera, ocurriera en mi pais me gustaría ver la misma movilización de recursos, la misma dirigencia inteligente, la misma búsqueda del mejor para cada cosa, el mismo empuje, la misma solidaridad en toda la sociedad y la misma ejecución impecable y organizada. Me gustaría a mi Presidente en la boca del pozo cuando todavía no se sabía si se festejaría o se lamentaría. Me gustaría a mis militares bajando a una misión de "Dios dirá" para salvar a un compatriota. Supongo que el tiempo nos traerá alguna anécdota de alguna historia menor, alguna bajeza y alguna ruindad; es imposible algo de esta escala que esté totalmente libre de esas actitudes, tan humanas como todo lo anterior.
Pero hoy me quedo con 33 hijos de una tierra que los trajeron de vuelta con sus familias a como dé lugar.
Hoy, sin haber participado, siento como propio el orgullo que todos ellos sienten. Siento "orgullo ajeno".
Comparto lo que decis Pedro. Felicidades a los hermanos CE!!!. Y que estas cosas no pasen nunca mas, donde se privilegia el dinero antes que la seguridad de la gente.
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